Una escena surrealista del desierto con elementos psicodélicos y una atmósfera de ensueño
Un desierto surrealista iluminado por un resplandor vibrante y psicodélico, con un cielo estrellado con dos lunas brillantes que emiten una luz brillante. Un híbrido humano-elefante avanza con gracia sobre delicados zancos de vidrio, su expresión calmada pero enigmática. A su alrededor hay cactus de cristal flotantes, tarareando suavemente con un sonido etéreo, sus facetas refractan los azules de neón y los rosas. El suelo es como un espejo, que refleja la pantalla celestial y se suma a la atmósfera de ensueño. La escena se representa en colores vivos con infusión de neón con patrones dinámicos y arremolinados que recuerdan a un estilo de arte alucinante y psicodélico, que combina el surrealismo con un estado de ánimo fascinante y de otro mundo.

Adalyn